martes, enero 24, 2006

 

¿Mal de todos?

Aquellos ociosos que quieran darse el tiempo de leer este artículo que cachureé en Internex, háganlo, para que vean que los males que aquejan a nuestros Estados, Condominios y otros grupos sociales, no son exclusividad nuestra, ni de Chile ni de nada.

Atentos saludos

Mariana

http://www.eltiempo.com.ve/noticias/default.asp?id=61519

Martes 24 de Enero de 2006

"Condominio e idiosincrasia

ERNESTO HONTORIA LÓPEZ

Cada vez que converso con alguien que trabaja en una junta de condominio descubro que los principales problemas que aquejan al mío, están presentes en los condominios de mis interlocutores. Forman parte, por decirlo de alguna manera, del pan nuestro de estas juntas.

El primer elemento común que salta en las conversaciones es la pasividad de los vecinos. Las asambleas de propietarios de las que tengo referencia se caracterizan por la ausencia de vecinos. El común de la gente no suele asistir, ni siquiera a las reuniones en las cuales se eligen a los miembros de la junta de condominio. Mucho menos asisten a las reuniones rutinarias de trabajo en las cuales se buscan soluciones a los problemas comunes y se decide el uso los fondos comunitarios.

El patetismo de la pasividad es tal, que en la mayoría de los casos por mi escuchados, buena parte de los miembros que aceptaron ser electos en las juntas de condominio no acuden a las reuniones, terminando la toma de decisiones en una o dos personas, a las que les toca arrear solas ese burro.

La pasividad vecinal sólo se rompe cuando ocurre algún problema medianamente grave, que sensibiliza a la gente. En estos casos, es probable que una buena representación de vecinos concurra en cambote a la reunión del condominio. Estos asistentes fortuitos aportan muchas veces nuevas ideas, otras sólo traen quejas y lamentaciones que, aunque muy emotivas, poco aportan a la solución de los problemas. Con el tiempo todo vuelve a la normalidad y a las reuniones del condominio sólo asisten los cuatro gatos de siempre. ¿No es éste el mismo patrón de apatía-euforia-apatía que tenemos en nuestra conducta de ciudadanos?

La alta morosidad es otro de los elementos que suelen colarse en las conversaciones de quienes intervenimos en condominios. Se puede decir, sin ninguna rigurosidad científica, que en todos los condominios existe gente a la que no le importa vivir de gorra de sus vecinos. Son personas que con todo descaro prefieren gastarse los reales en otras cosas y sólo pagan cuando están a punto de ver embargada su propiedad. Afortunadamente, los gorrones no suelen ser muchos, aunque pueden representar una dura carga para el condominio.

Existen también los deudores programados, personas que metódicamente acumulan tres o cuatro meses de deudas; son personas que se financian de sus vecinos. Por supuesto que entre los morosos hay también personas honestas, a quienes por diferentes circunstancias se les vuelve cuesta arriba pagar el condominio. Este grupo suele ser circunstancial y tiende a aumentar cuando las condiciones económicas del país empeoran.

Aunque la seguridad de los bienes y las personas es función del Estado y no de los condominios, la inoperancia de nuestro Estado en la materia, hace que los problemas de seguridad sean el tercer tópico recurrente en las juntas de condominio. La seguridad es un problema de múltiples variables. Para un condominio tales variables son: la infraestructura (cercas perimetrales, puntos de acceso y sistemas de control, iluminación, etc.); la vigilancia (propia o contratada, cantidad de vigilantes, preparación y equipamiento); y una tercera variable la más álgida de todas, es la aceptación y cumplimiento de las normas por parte de los residentes.

Por insólito que parezca, lo más difícil en nuestros condominios es lograr este tercer punto, aunque redunde en beneficio de todos. Pareciese inculcado en nuestra cultura suponernos por encima de las reglas, o lo que es casi lo mismo, que las reglas son para los demás.

Los condominios y las juntas o asociaciones de vecinos forman el elemento más básico de participación política en la comunidad. Si nos preguntamos por qué falló nuestra democracia, quizás encontremos algunas respuestas en la forma como nos desenvolvemos en el condominio."

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